Con estos nuevos tiempos que corren donde cada vez estamos más online y menos onreal, cada día echo más de menos esas tertulias entre amigos sobre lo humano y lo divino. Y no dejo de preguntarme : ¿la cultura del cafelito y la tertulia estará empezando a perderse o es que ya está irremediablemente perdida?
Me resisto a creer que el teclado desplace hasta ese extremo la calidez y el contacto humano de una buena conversación entre amigos, la aportación personal que puede suponer el intercambio de miradas con tu contertulio, los silencios ante una afirmación contundente, los golpecitos en la mesa, los tics de tu amigo cuando habla de cosas peliagudas.
Y he vuelto a recordar el evocador tema del amigo Lluis Llach:
Al Cafè Antic el fum s’emporta
temors i angoixes nit enllà
mentre amb el ritme de les converses
roden les boles del billar.
Europa creix sobre els vostre morts
mercadejant sense vergonya,
però la fredor d’aquest guinyol
mai no hi serà la cafè nostre.
Temps a venir quan la tendresa
de tots plegats sigui el coixí
unint els somnis amb les estrelles
recordarem el Cafè Antic.
Que no quede en el recuerdo, amigos que estáis por el mundo.
Recuperemos el contacto y el placer de escuchar.
8 de octubre de 2010
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